Los valores y los defectos humanos
Publicado: 27 Oct 2022, 09:14
Este es un tema en contrucción, donde iré recopìlando mi opinión acerca de los valores y los defectos humanos.

Valores

Empatía

La empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
Es el primer valor que he añadido, pues en la empatía participan, al mismo tiempo, otros valores como la bondad, la paciencia, la humildad, la amabilidad, la generosidad y el altruismo, entre otros. Para desarrollar empatía, primeramente hay que desarrollar varios de esos valores.
Por ejemplo, tal vez alguien tuviera una cita planeada con otra persona, pero esa persona le comenta que tiene un poco de dolor de cabeza y que no sabe si acudir a la cita. Una mentalidad egoísta pensaría en decirle cosas como que tome un medicamento y vaya, o que acuda a la cita de todos modos y que, tal vez, dentro de un rato, ya se le pasará, o quizás formularía una acusación, diciéndole que está poniendo excusas para no ir.
En cambio, una mentalidad empática bondadosa le diría cosas como que no pasa nada, que ya quedarán otro día, que se cuide y que se recupere, que si necesita cualquier cosa, tipo que le vaya a comprar algún medicamento, que se lo pida y se lo traerá. En esta otra versión participan varios de los valores comentados.
Esta situación comentada sería un ejemplo fácil donde poca gente no sería empática, pero hay situaciones donde aplicar la empatía se complica, especialmente cuando hay prejuicios o cuando se cree tener un conocimiento avanzado acerca del tema.
Por ejemplo, tal vez una persona le comenta a otra que está teniendo problemas para bajar peso y la otra persona le dice que eso es porque está comiendo demasiadas calorías y que tiene que comer menos, sin darse cuenta de que tal vez esa no sea la razón y que ese tipo de comentarios pueden perjudicar a la otra persona.
Tal vez el problema de esa persona no sea la cantidad de calorías ni la cantidad de comida, sino un desajuste en los horarios, una deficiencia de nutrientes, ya sea de proteína, de vitaminas y/o de minerales, una incorrecta combinación con los carbohidratos, puede que no sepa controlar los excesos en comidas especiales, o incluso puede ser que la persona tuviera razón y que el problema estuviera en la cantidad de calorías, pero que su solución, la de comer menos, le provoque problemas varios como hambre y ansiedad, y entonces tal vez el problema sea la deficiencia de agua, el exceso de sal, la deficiencia de proteína, no adaptar los horarios a las nuevas cantidades, el no dominar las técnicas de saciedad para combatir la ansiedad, las cuales explico en mi método, y muchos otros factores.
Una mentalidad más empática empezaría por reconocer la propia ignorancia, aplicando humildad, sin prepotencia, aceptando que no domina suficiente sobre nutrición como para dar consejos generales, ni siquiera particulares, por no tener una suficiente capacidad de análisis de ese caso en concreto. Entonces, la otra persona le recomendaría visitar a un nutricionista y exponerle el caso en detalle para que sea debidamente analizado y corregido. La persona acudiría a esa consulta y, probablemente, conseguiría bajar peso de una forma efectiva y saludable.
La empatía es un valor complejo de dominar, se necesita de mucha humildad, paciencia, altruismo y amabilidad para poder aplicarla.
Cuanto más complicado es aplicar la empatía es cuando se tiene un problema propio y la otra persona que intenta ayudar comenta que ella misma también tiene problemas relacionados con ello.
Por ejemplo, si una persona ha tenido una pérdida, un fallecimiento familiar, lleva 5 meses casi sin salir de casa por depresión, y una amistad le dice que le extraña y que le gustaría que se vieran para hablar un poco, en situaciones así es cuando hay un conflicto de intereses y de sentimientos, pues a la persona en depresión tal vez todavía no le apetece quedar ni hablar con nadie, pero al mismo tiempo tal vez esa amistad sea importante y, si le está manifestando un sentimiento de añoranza, tal vez no pase nada por ir 30 o 45 minutos a un bar a tomar algo y hablar un poco, puede ser una experiencia nutritiva que aporte felicidad gracias a esa sociabilidad, quizás estos momentos alegres y entretenidos ayuden a superar la pérdida, así que sería bastante empático aceptar la cita con esa amistad, no sólo pensando en si será lo mejor para la propia persona, sino también para cuidar esa amistad, para demostrarle a la otra persona que le importa esa amistad, que no se ha olvidado de ella.
En situaciones personales complicadas es cuando más fácil es perder la empatía e ignorar los sentimientos de las demás personas. Los valores humanos hay que mantenerlos siempre en todas las situaciones, no se pueden perder por razones personales, al igual que no se debe mostrar antipatía con otras personas porque tu equipo de tu deporte favorito ha perdido, tampoco se puede mostrar falta de empatía cuando hay problemas personales, hay que mantener la amabilidad, la humildad, el altruismo y tener mucha paciencia.
En este tema no voy a dedicar un subapartado entero a la amabilidad, la humildad, el altruismo o la paciencia, pues son distintos procesos empáticos, son distintas ramas de la empatía.
Para desarrollar amabilidad hay que pensar de forma empática, altruista, pensando bien las cosas antes de decirlas, prediciendo cuál será el efecto que generen esas palabras, intentando no generar sentimientos negativos a la otra persona. Por ejemplo, si alguien no contesta al WhatsApp hasta las 12:00 del medio día y no se le vio conectado hasta esa hora, y alguien le acusa de que se levante tan tarde por haber estado viendo series o jugando videojuegos, cuando en realidad tal vez estuvo estudiando o trabajando, puede generar un sentimiento negativo que la otra persona puede tomárselo mal, en lugar de decirle "¡Buenos días! ¿Ahora te levantas, tan tarde? ¿Estuviste jugando a los videojuegos toda la noche?" sería más apropiado decirle "¡Buenos días! ¿Ahora te levantas? ¿Qué hiciste anoche? si se puede saber jeje". Este segundo saludo sería mucho más apropiado, se elimina el "tan tarde", ya que tal vez para esa persona no importe el tiempo, si es temprano o tarde, si no tiene nada planeado para la mañana, si no tiene que trabajar ni estudiar hasta más tarde, no se le acusa de nada en concreto acerca de qué es lo que estuvo haciendo, sino que se le pregunta acerca de ello, y se le añade la opción de que, si quiere, no responda a ello, con el "si se puede saber", con incluso un toque de humor, así que resulta un saludo mucho más amable, que no generará sentimientos negativos a la otra persona, y para llegar a ese tipo de razonamiento hay que tener empatía, pensando en los sentimientos que podrían generar esas palabras, algo que hay que aplicar continuamente durante toda la conversación.
La humildad no es tanto un valor que proceda de la empatía, sino que forma parte de ella, para poder identificarse con alguien y poder opinar sobre un tema, primero hay que saber cuáles son las propias limitaciones en ese tema. Por ejemplo, si alguien nos cuenta que ha tenido un problema al cocinar una receta de cocina, no se puede opinar sobre ello si no se tiene un buen dominio gastronómico y nunca se ha cocinado esa receta, no se le puede decir que tal vez debería haber dejado más tiempo de cocción, que la temperatura tal vez no era la adecuada o que faltaba un cierto ingrediente, si no se sabe realmente de lo que se está hablando. En cambio, sí sería humilde reconocer que no se sabe del tema, pero que sí se conoce a otra persona que sabe del tema y que podría ayudarla, y se le pasa el número de esa persona para que le escriba un mensaje al respecto, o se le dice que algún día se la presentará para que pueda ayudarla en ese tema. A veces la gente es incapaz de reconocer su propia ignorancia, se precipitan al manifestar sus opiniones, basándose en prejuicios y conocimientos poco desarrollados, causando sentimientos negativos a la otra persona y perjudicándola.
El altruismo se suele entender como el generar el bien ajeno a costa del propio, pero no necesariamente eso significa que se genere un problema a la propia persona, sino que, más bien, es una inversión de tiempo para prevenir generar sentimientos negativos a la otra persona, con lo cual, es un proceso empático, o incluso se podría decir que la empatía es un proceso altruista, son valores casi sinónimos, van enlazados el uno con el otro, pues para ponerse en la pìel de la otra persona e identificarse con sus problemas, el hecho de querer ayudarle es un acto de altruismo, pues se invierte el propio tiempo para ayudar a una persona, y luego se invierte un tiempo adicional para intentar decir las cosas del mejor modo posible, para que esas palabras resulten constructivas y motivadoras. El altruismo tiene distintas ramas, como la generosidad y la solidaridad, las cuales tal vez analice más adelante.
La paciencia es un ingrediente de todo un poco, ya que para tener amabilidad, humildad, altruismo y, en definitiva, empatía, se necesita paciencia, pensar las cosas con calma, reflexionándolas, sin precipitarse, sin prejuicios, invirtiendo tiempo en pensar las cosas antes de decirlas.
La empatía es un valor muy interesante a desarrollar, yo mismo la he ido desarrollando desde que empecé mi método de bajar peso desde los 23 años, a través de la experiencia de haber ayudado a centenares de personas y haber tratado con cada una de ellas distintos temas psicológicos, ahora soy mucho más paciente, humilde, amable y empático que cuando empecé, pues he ido comprendiendo cuál es el correcto modo de tratar a las personas.
También hay que tener fortaleza mental cuando la empatía no es correspondida, ya que, aunque se hable a la gente con respeto y educación, hay mucha gente que no está acostumbrada a tener ese tipo de trato, ni tampoco a recibirlo, con lo cual hay que saber de antemano que muchas personas no serán simpáticas ni empáticas con nosotros, pero eso no es motivo para nosotros dejar de serlo con los demás. Cuando estas otras personas son gente cercana, como familiares, tal vez un padre y/o una madre que vienen de mentalidades antiguas, de los años 60, donde el trato personal era distinto, más directo, agresivo, con poco tacto en el trato, hay que mantener la compostura y seguir aplicando empatía, de ese modo al final esas personas terminarán dándose cuenta de que nuestra forma de pensar y de comportarnos es mucho mejor que la suya y terminarán por adoptar este mismo comportamiento, apaciguando sus mentalidades antiguas. En cambio, si se aplica sus mismas mentalidades, con antipatía, impaciencia y prepotencia, nunca se conseguirá mejorar sus personalidades, sino que se contribuirá a empeorarlas todavía más. Esto también puede ocurrir con gente desconocida, por ejemplo gente que me pide ayuda para bajar peso, gente que se muestra impaciente y poco receptiva al principio, al final terminan adaptándose a mi método y mi personalidad al darse cuenta de que es mucho mejor intentar ser del mismo modo que obstinarse en su estado actual.

Defectos
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Valores


Empatía

La empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
Es el primer valor que he añadido, pues en la empatía participan, al mismo tiempo, otros valores como la bondad, la paciencia, la humildad, la amabilidad, la generosidad y el altruismo, entre otros. Para desarrollar empatía, primeramente hay que desarrollar varios de esos valores.
Por ejemplo, tal vez alguien tuviera una cita planeada con otra persona, pero esa persona le comenta que tiene un poco de dolor de cabeza y que no sabe si acudir a la cita. Una mentalidad egoísta pensaría en decirle cosas como que tome un medicamento y vaya, o que acuda a la cita de todos modos y que, tal vez, dentro de un rato, ya se le pasará, o quizás formularía una acusación, diciéndole que está poniendo excusas para no ir.
En cambio, una mentalidad empática bondadosa le diría cosas como que no pasa nada, que ya quedarán otro día, que se cuide y que se recupere, que si necesita cualquier cosa, tipo que le vaya a comprar algún medicamento, que se lo pida y se lo traerá. En esta otra versión participan varios de los valores comentados.
Esta situación comentada sería un ejemplo fácil donde poca gente no sería empática, pero hay situaciones donde aplicar la empatía se complica, especialmente cuando hay prejuicios o cuando se cree tener un conocimiento avanzado acerca del tema.
Por ejemplo, tal vez una persona le comenta a otra que está teniendo problemas para bajar peso y la otra persona le dice que eso es porque está comiendo demasiadas calorías y que tiene que comer menos, sin darse cuenta de que tal vez esa no sea la razón y que ese tipo de comentarios pueden perjudicar a la otra persona.
Tal vez el problema de esa persona no sea la cantidad de calorías ni la cantidad de comida, sino un desajuste en los horarios, una deficiencia de nutrientes, ya sea de proteína, de vitaminas y/o de minerales, una incorrecta combinación con los carbohidratos, puede que no sepa controlar los excesos en comidas especiales, o incluso puede ser que la persona tuviera razón y que el problema estuviera en la cantidad de calorías, pero que su solución, la de comer menos, le provoque problemas varios como hambre y ansiedad, y entonces tal vez el problema sea la deficiencia de agua, el exceso de sal, la deficiencia de proteína, no adaptar los horarios a las nuevas cantidades, el no dominar las técnicas de saciedad para combatir la ansiedad, las cuales explico en mi método, y muchos otros factores.
Una mentalidad más empática empezaría por reconocer la propia ignorancia, aplicando humildad, sin prepotencia, aceptando que no domina suficiente sobre nutrición como para dar consejos generales, ni siquiera particulares, por no tener una suficiente capacidad de análisis de ese caso en concreto. Entonces, la otra persona le recomendaría visitar a un nutricionista y exponerle el caso en detalle para que sea debidamente analizado y corregido. La persona acudiría a esa consulta y, probablemente, conseguiría bajar peso de una forma efectiva y saludable.
La empatía es un valor complejo de dominar, se necesita de mucha humildad, paciencia, altruismo y amabilidad para poder aplicarla.
Cuanto más complicado es aplicar la empatía es cuando se tiene un problema propio y la otra persona que intenta ayudar comenta que ella misma también tiene problemas relacionados con ello.
Por ejemplo, si una persona ha tenido una pérdida, un fallecimiento familiar, lleva 5 meses casi sin salir de casa por depresión, y una amistad le dice que le extraña y que le gustaría que se vieran para hablar un poco, en situaciones así es cuando hay un conflicto de intereses y de sentimientos, pues a la persona en depresión tal vez todavía no le apetece quedar ni hablar con nadie, pero al mismo tiempo tal vez esa amistad sea importante y, si le está manifestando un sentimiento de añoranza, tal vez no pase nada por ir 30 o 45 minutos a un bar a tomar algo y hablar un poco, puede ser una experiencia nutritiva que aporte felicidad gracias a esa sociabilidad, quizás estos momentos alegres y entretenidos ayuden a superar la pérdida, así que sería bastante empático aceptar la cita con esa amistad, no sólo pensando en si será lo mejor para la propia persona, sino también para cuidar esa amistad, para demostrarle a la otra persona que le importa esa amistad, que no se ha olvidado de ella.
En situaciones personales complicadas es cuando más fácil es perder la empatía e ignorar los sentimientos de las demás personas. Los valores humanos hay que mantenerlos siempre en todas las situaciones, no se pueden perder por razones personales, al igual que no se debe mostrar antipatía con otras personas porque tu equipo de tu deporte favorito ha perdido, tampoco se puede mostrar falta de empatía cuando hay problemas personales, hay que mantener la amabilidad, la humildad, el altruismo y tener mucha paciencia.
En este tema no voy a dedicar un subapartado entero a la amabilidad, la humildad, el altruismo o la paciencia, pues son distintos procesos empáticos, son distintas ramas de la empatía.
Para desarrollar amabilidad hay que pensar de forma empática, altruista, pensando bien las cosas antes de decirlas, prediciendo cuál será el efecto que generen esas palabras, intentando no generar sentimientos negativos a la otra persona. Por ejemplo, si alguien no contesta al WhatsApp hasta las 12:00 del medio día y no se le vio conectado hasta esa hora, y alguien le acusa de que se levante tan tarde por haber estado viendo series o jugando videojuegos, cuando en realidad tal vez estuvo estudiando o trabajando, puede generar un sentimiento negativo que la otra persona puede tomárselo mal, en lugar de decirle "¡Buenos días! ¿Ahora te levantas, tan tarde? ¿Estuviste jugando a los videojuegos toda la noche?" sería más apropiado decirle "¡Buenos días! ¿Ahora te levantas? ¿Qué hiciste anoche? si se puede saber jeje". Este segundo saludo sería mucho más apropiado, se elimina el "tan tarde", ya que tal vez para esa persona no importe el tiempo, si es temprano o tarde, si no tiene nada planeado para la mañana, si no tiene que trabajar ni estudiar hasta más tarde, no se le acusa de nada en concreto acerca de qué es lo que estuvo haciendo, sino que se le pregunta acerca de ello, y se le añade la opción de que, si quiere, no responda a ello, con el "si se puede saber", con incluso un toque de humor, así que resulta un saludo mucho más amable, que no generará sentimientos negativos a la otra persona, y para llegar a ese tipo de razonamiento hay que tener empatía, pensando en los sentimientos que podrían generar esas palabras, algo que hay que aplicar continuamente durante toda la conversación.
La humildad no es tanto un valor que proceda de la empatía, sino que forma parte de ella, para poder identificarse con alguien y poder opinar sobre un tema, primero hay que saber cuáles son las propias limitaciones en ese tema. Por ejemplo, si alguien nos cuenta que ha tenido un problema al cocinar una receta de cocina, no se puede opinar sobre ello si no se tiene un buen dominio gastronómico y nunca se ha cocinado esa receta, no se le puede decir que tal vez debería haber dejado más tiempo de cocción, que la temperatura tal vez no era la adecuada o que faltaba un cierto ingrediente, si no se sabe realmente de lo que se está hablando. En cambio, sí sería humilde reconocer que no se sabe del tema, pero que sí se conoce a otra persona que sabe del tema y que podría ayudarla, y se le pasa el número de esa persona para que le escriba un mensaje al respecto, o se le dice que algún día se la presentará para que pueda ayudarla en ese tema. A veces la gente es incapaz de reconocer su propia ignorancia, se precipitan al manifestar sus opiniones, basándose en prejuicios y conocimientos poco desarrollados, causando sentimientos negativos a la otra persona y perjudicándola.
El altruismo se suele entender como el generar el bien ajeno a costa del propio, pero no necesariamente eso significa que se genere un problema a la propia persona, sino que, más bien, es una inversión de tiempo para prevenir generar sentimientos negativos a la otra persona, con lo cual, es un proceso empático, o incluso se podría decir que la empatía es un proceso altruista, son valores casi sinónimos, van enlazados el uno con el otro, pues para ponerse en la pìel de la otra persona e identificarse con sus problemas, el hecho de querer ayudarle es un acto de altruismo, pues se invierte el propio tiempo para ayudar a una persona, y luego se invierte un tiempo adicional para intentar decir las cosas del mejor modo posible, para que esas palabras resulten constructivas y motivadoras. El altruismo tiene distintas ramas, como la generosidad y la solidaridad, las cuales tal vez analice más adelante.
La paciencia es un ingrediente de todo un poco, ya que para tener amabilidad, humildad, altruismo y, en definitiva, empatía, se necesita paciencia, pensar las cosas con calma, reflexionándolas, sin precipitarse, sin prejuicios, invirtiendo tiempo en pensar las cosas antes de decirlas.
La empatía es un valor muy interesante a desarrollar, yo mismo la he ido desarrollando desde que empecé mi método de bajar peso desde los 23 años, a través de la experiencia de haber ayudado a centenares de personas y haber tratado con cada una de ellas distintos temas psicológicos, ahora soy mucho más paciente, humilde, amable y empático que cuando empecé, pues he ido comprendiendo cuál es el correcto modo de tratar a las personas.
También hay que tener fortaleza mental cuando la empatía no es correspondida, ya que, aunque se hable a la gente con respeto y educación, hay mucha gente que no está acostumbrada a tener ese tipo de trato, ni tampoco a recibirlo, con lo cual hay que saber de antemano que muchas personas no serán simpáticas ni empáticas con nosotros, pero eso no es motivo para nosotros dejar de serlo con los demás. Cuando estas otras personas son gente cercana, como familiares, tal vez un padre y/o una madre que vienen de mentalidades antiguas, de los años 60, donde el trato personal era distinto, más directo, agresivo, con poco tacto en el trato, hay que mantener la compostura y seguir aplicando empatía, de ese modo al final esas personas terminarán dándose cuenta de que nuestra forma de pensar y de comportarnos es mucho mejor que la suya y terminarán por adoptar este mismo comportamiento, apaciguando sus mentalidades antiguas. En cambio, si se aplica sus mismas mentalidades, con antipatía, impaciencia y prepotencia, nunca se conseguirá mejorar sus personalidades, sino que se contribuirá a empeorarlas todavía más. Esto también puede ocurrir con gente desconocida, por ejemplo gente que me pide ayuda para bajar peso, gente que se muestra impaciente y poco receptiva al principio, al final terminan adaptándose a mi método y mi personalidad al darse cuenta de que es mucho mejor intentar ser del mismo modo que obstinarse en su estado actual.

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